Alérgenos en el vino y su etiquetado

Tomar una copa de vino es una actividad muy arraigada a nuestra cultura y está siempre asociada a una buena comida, pasar un buen momento junto a familia o amigos. Pero si eres una persona con alergias alimentarias, puede convertirse en un momento desagradable.

Las alergias alimentarias son una respuesta inmune exagerada a sustancias presentes en los alimentos. Estas reacciones pueden ser leves, como en el caso de una erupción cutánea, o graves, como en una reacción anafiláctica. Aunque las alergias a las bebidas alcohólicas no son muy comunes, pueden ser preocupantes para aquellos que las padecen.

Y es que, aunque muchos se sorprendan, los alérgenos están presentes en el vino, y por ello es importante estar bien informado antes de elegir un buen vino compatible con tus restricciones alimenticias.

¿Cuáles son los alérgenos presentes en el vino?

Proteínas transportadoras de lípidos (LTPs) son unas proteínas de defensa que encontramos en el reino vegetal, y provienen de levaduras, bacterias y uvas. Estas proteínas también se encuentran comúnmente en licores y cerveza, y está presente más en el vino tinto que en el blanco, porqué este se fermenta con pieles de uva ricas en proteínas.

Claras de huevo. ¿Cómo? ¿Huevos en el vino? No, únicamente una proteína, que precisamente proviene de la clara de huevo. Esta es llamada albúmina, y se utiliza para ayudar a clarificar los vinos tintos mientras envejecen en barricas. El uso de albúmina es el método de clarificación más antiguo en la industria vinícola.

Caseína. La caseína es un tipo de fosfoproteína que se encuentra en la leche y por lo tanto, un vino que contenga esta proteína puede provocar una reacción a aquellas personas alérgicas a la leche. Este ingrediente se utiliza a menudo para ayudar a clarificar los vinos blancos.

Sulfitos. Los sulfitos son un componente natural en el proceso de elaboración del vino y se utilizan como conservantes. Como dato interesante, hay que destacar que las personas que padecen asma también corren un mayor riesgo de reacciones alérgicas a los sulfitos del vino.

Chitosan, que se obtiene a partir de la quitina, y esta deriva de exoesqueletos de crustáceos (camarones, cangrejos y otros crustáceos), hongos o artrópodos. El quitosano es un polímero de sacarosa que se utiliza frecuentemente como agente de acabado en los vinos blancos.

Gelatina. La gelatina es una proteína animal utilizada en el vino tinto para reducir la astringencia y los taninos. 

Isinglass. La isinglass es una proteína hecha de colágeno y obtenida de las vejigas natatorias de los peces. Debido a que esta proteína se obtiene directamente de los peces (notablemente del esturión beluga), no puede ser consumida por veganos estrictos y vegetarianos. La isinglass se utiliza en el vino como agente de clarificación suave para evitar afectar el sabor de los vinos rosados y blancos.

Gluten. Aunque el gluten se encuentra más comúnmente en la cerveza debido al lúpulo, la cebada y la levadura, ocasionalmente también puede encontrarse en el vino. A menudo se utiliza una mezcla de harina y agua para sellar los barriles de roble.

Aunque con el proceso de decantación, dónde los agentes de clarificación se separan, no debería haber quedar substancias presentes en el vino. Si existe algún riesgo de que todavía queden alérgenos, la botella debería estar etiquetada en consecuencia, y eso mismo requiere la Unión Europea, con el fin de indicar si quedan posibles alérgenos remanentes.

¿Qué requiere la legislación Europea?

La Comisión Europea adoptó una Notificación sobre la información alimentaria facilitada en relación a las sustancias que causan alergias e intolerancias el 13 de julio de 2017. En virtud de la nueva legislación, se exige que se facilite siempre a los consumidores la información sobre la presencia de alérgenos en alimentos, en particular en alimentos no envasados.

Los términos que deben utilizarse para hacer referencia a los ovoproductos, los productos lácteos y los sulfitos, en el etiquetado de los productos vitivinícolas son:

  • Términos relativos a los sulfitos:«sulfitos» o «dióxido de azufre» 
  • Términos relativos a los huevos y los productos a base de huevo «huevo», «proteína de huevo», «ovoproducto», «lisozima de huevo» u «ovoalbúmina» 
  • Términos relativos a la leche y los productos lácteos: «leche», «productos lácteos», «caseína de leche» o «proteína de leche» 

En el Reglamento (UE) No 1169/2011 de 25 de octubre de 2011 se describe la obligación de mencionar todo ingrediente o coadyuvante tecnológico […] que cause alergias o intolerancias y se utilice en la fabricación o la elaboración de un alimento y siga estando presente en el producto acabado, aunque sea en una forma modificada;

Es por tanto obligatorio indicar si puede haber trazas de algún alergeno, aunque este sea derivado de procesos industriales. Debe ser visible en la etiqueta y estar traducido al idioma de los países a los que se exporta.

Por todo ello, un buen etiquetado en las botellas de bebidas alcohólicas es crucial para que las personas alérgicas o sensibles a ciertos ingredientes puedan evitar aquellos productos que puedan desencadenar una reacción. Los productores deben proporcionar información clara y precisa sobre los ingredientes y procesos de producción utilizados para crear sus productos. Esto permitirá que los consumidores tomen decisiones informadas sobre qué bebidas son seguras para ellos.

En conclusión, aunque las alergias a las bebidas alcohólicas no son muy comunes, pueden ser preocupantes para aquellos que las padecen. Las personas que tienen alergias alimentarias deben ser conscientes de los ingredientes y procesos de producción de las bebidas alcohólicas que consumen. Es importante leer las etiquetas cuidadosamente y hablar con su médico si experimenta síntomas alérgicos después de beber vino.

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